2.04.2007

027 - Un "solo" de Jorge

Recomendaciones previas:Imprimase este correo y léase en voz alta en un sillón cómodo. Es largo y quizá alguna libación ayude a que la garganta no se seque, a no aburrirse, y a que la lectura proceda sin problema ya que ésta debe ser completa sino las distintas partes del "solo" perderán su sentido. No hay que olvidarse que el autor no cree en el ataque personal y gusta más bien de decir las cosas tal como pasaron para entender mejor el resultado final.
Aunque tu lector has mandado otras señales de tu lado, las cuales tendrán su respuesta en su momento, la melodía de este solo persiste en su voluntad y en su ritmo. Quizás hayas confirmado algunas cosas que sospechaba, sin embargo, la pregunta es clara e inequívoca: ¿qué hacemos ahora?
Al final, vos, lector, harás lo que te venga en gana, como siempre. Si decidís leerlo de otra manera, tan solo recordá que nunca nunca la intención fue otra que no fuera la de estar con vos.

El autor

Chica P:

1.0 No sabés el alivio que me dio que te fueras, saber que esta pesadilla acaba, que está a punto de morir. Agonizamos por tres largos días. Entre tu distancia y mi incapacidad para comprender la situación nos ahogamos. Rompimos el pacto y sucumbimos a nuestras debilidades, fracturas y fantasmas. No hicimos más que correr hacía los lugares conocidos, donde enfrentamos cotidianamente las oscuras sombras de nuestros dolores. Violamos la ley fundamental de la amistad, del amor, de la vida: no supimos confiar en el otro y así, creo, aún no lo sé, destruimos lo que nuestras palabras habían creado. Después de que sepamos que no estás embarazada y si lo estás que hayamos lo necesario para solventar ese problema: ¿qué haremos? Acaso habrá palabras que puedan curarnos de lo que pasó aquí en DF. Acaso alguna vez podré sentirme conforme con la la chica P dulce y soñadora que me escribió, que de alguna manera esperaba encontrar aquí y la chica P dura, práctica y desconfiada con la que me tocó enfrentarme. Acaso nos encontraremos una vez más en el mismo camino.

2.0. ¿Cómo te puedo seguir dando mi energía, mi atención, y mi cariño de amigo, si vos no sos capaz de hacer lo mismo por mí, de hacerme sentir correspondido a ese nivel? De alguna manera siento e intuyo que solamente sos capaz de dar en ciertas condiciones, las cuales no encontraste en mí. Sin embargo, dar es dar, sin condiciones, por el simple hecho que dar es mejor que recibir, que dar libera los deseos y alegra al corazón. Lo que te quiero decir es que ignoro en que estación nos hallamos. Te dí todo lo que pude. Ahora me siento depleto, sin fuerza para seguir dándote sin que haya algún signo positivo de tu parte. Si te continuara dando sin que vos me dieras nada después de lo que pasado, sería una locura y una afirmación de algo que no soy: un pendejo. Ahora cuestiono si continuar nuestra comunicación escriptural valdrá la pena. De qué vale tu dulzura y transparencia de lejos, cuando de cerca no pudiste expresarlas. El problema es que la imagen que me queda de vos es la que vos me diste aquí y esa no es, no era la chica P que yo quería conocer, que yo quería experimentar. Supongo que por ahora nos debemos mantener en contacto hasta que la situación se solucione pero después que: al carajo con Jorge porque ya no lo necesitas. ¿Es esa la idea? Si te pregunto es porque no sé la respuesta. Me parece que sos capaz de hacer algo así o no? Vos plantaste estas dudas en mi mente y solamente vos la podes eliminar.

3.0. No sé hasta qué punto querés mantener en contacto commigo por el posible embarazo o porque realmente querés mi amistad. No lo sé porque la chica P hermética nunca me lo dijo. Yo prometí mi apoyo en la medida que fuera posible. No puedo prometer ni garantizar lo que no sé. Cuando todo esté aclarado, cuando yo sepa las respuestas, te diré lo que puedo hacer y lo que no puedo hacer. Yo quisiera saber cuando sabré las respuestas a mis preguntas, cuando te dignaras a hablar. Si no querés dar, si no podés dar, debés comunicarmelo. Si realmente ese "¡No se pierda!" es genuino y no nace de la auto conveniencia, entonces, es mejor que lo aclarés para que estemos en paz, en cualquier caso, para que sepamos las reglas y los límites de esta circunstancia.

4.O. Decís:

"Quizás no supe leerte en el cuerpo, en el gesto. Quizás me confundí."

No sé cual es la imagen que creaste de Jorge. Tan solo puedo decirte que esa escritura soy yo, que no utilicé ningún artificio o subterfugio para que me me continuaras escribiendo, para que vinieras aquí. Esas palabras son mis palabras no son las de otro, no son las de un personaje que inventé. Esas palabras no son ni fueron ni serán algo ajeno a mí ni la proyección de una imagen. Esas palabras son la suma total de lo que soy, de lo que he aprendido, de lo que la vida me ha enseñado, me ha dado. Esas palabras no son la proyección de lo que quiero ser, son, tal vez, el mejor reflejo de lo que soy. Será tarde cuando descubrás que te equivocaste en tu lectura, si es que alguna vez lo hacés, porque a Mexico DF ya no lo tendremos y no sé si tendrás el valor de aceptar tu equivocación, tu confusión plenamente. No digo ésto para salvaguardar mi ego de los posibles efectos negativos de tus comentarios, de tu comportamiento, lo digo porque estas mis palabras son lo más preciado y sincero que te podía ofrecer, que te podía dar. Esos juegos de seducción verbal para engañar al otro los considero foráneos a lo que soy yo y nunca los he podido jugar y nunca los utilicé con vos. No sabés todas mis verdades y te faltan elementos de juicio para tener una mejor visión de Jorge. Dejáme decirte, que si no dije todo lo que tenía decirte fue porque las circunstancias, sobre todo vos con tu silencio no me lo permitieron. Con ésto quiero decirte que si perdiste el deseo, lo perdiste por impaciencia, por desconfianza, por confusión y lo perdiste ante una imagen incompleta que tenés de mí. Gran fallo, creo. Pienso que tengo una mejor visión de vos de la que vos tenés de mi y tal vez a la hora, si es que llega, de tu análisis final, éste será parcial y sobre todo, falaz.

4.1. Con el párrafo anterior no niego mis defectos, mis fracturas y mis fantasmas, considero que los conozco mejor que nadie porque convivo con ellos diariamente. Nunca negué que tuviese problemas, que estoy en situaciones muy dificiles, que me defiendo como gato panza arriba ante las cosas que estoy enfrentando. Pienso que era inevitable que eso vos lo vieras porque soy como soldado que ha sobrevivido una larga guerra. Además, sobre todo, además, el accidente de la noche que llegamos fue un golpe sumamente bajo porque es como si me abrieran una vez más el corazón. Sí, tengo angustias y a veces se me hacen mucho y a veces exagero también. Al final es que se hace más daño soy yo porque todo esto se va para dentro, lo cual es diferente de las cosas que vos me decías tan brutalmente y que aún no sé cómo interpretar. Sin embargo que me angustie no significa que esté loco, como dijiste, que sea ritualista y controlador, deja los cuadros psicológicos por un rato fuera de esta conversación, que no pueda enfrentar al caos porque si bien es cierto que algunas cosas son seguras en mi vida, la mayoría de ellas son caóticas. Perder este sueño de la forma en que lo perdimos no era algo para lo que estuviera yo preparado. Es precisamente dentro de ese marco en que debés evaluar mi comportamiento, mi ansiedad, fue casi como dejar que las circunstancias y nuestros fantasmas destruyeran nuestros sueños y éso era algo que me rehusaba a aceptar. No solamente por el costo económico para vos y para mi, venir a DF para quedarnos paralizados, qué mal, sino sobre todo por el emocional:

Fuimos abatidos por un torbellino oscuro de fantasmas, fracturas y miedos. Vallejo decía que el poema era como un gran pez al que había que seguir por los mares que decidiera recorrer si queríamos acercarnos a la poesía misma. Igualmente, si seguís al torbellino, si querés navegar junto a él, no podés abandonarlo en media travesía. Debés montarte en él y seguirlo hasta donde te lleve porque solo así te llevará adonde debés ir, adonde querés ir, solo así te mostrará sus secretos, solo así te dará su fuerza: la del deseo, la de la volición absoluta y total de cambiar tu realidad. Negamos al torbellino y éste nos despedazó.

Yo reconozco mis fantasmas y mis angustias. Reconozco que pude haber reaccionado mejor, con más ecuanimidad y menos emoción. Sin embargo, reconocés vos que en ningún momento hiciste nada por ayudarme, como yo intenté hacerlo vanamente con vos, que tu distancia solamente logró hacer más crítica mi situación; reconocés vos acaso que lo único que brilló aquí fue nuestra cobardía y que por eso Mexico DF se nos volvió una pesadilla. Digo lo anterior en la medida que parte del pacto de venir aquí era el de hacer florecer lo que nuestras palabras crearon y no de correr, de esconderse ante el primer problera, cualquiera que fuese, sino para que esfuerzo, sino para qué sueños. Yo te acompañe el sábado al mercado de San Angel porque quería darte, darnos, una oportunidad más. Sabía que si me quedaba solo me habría marchado a otro hotel porque ya tenía la maleta lista desde el viernes por la noche. Si no me marché fue porque me pareció cobarde dejarte sola, no hacer un intento más. Entendé que lo que me duele de la situación es que no quisimos ser más que la suma de dos personas quebradas. Nos quedamos en la retención, en las buenas intenciones, en las excusas que nos permitirán dormir apaciblemente en la noche.

5.0. Retomo esta carta, que recibirás en dos días, después de haber almorzado en el Restaurante Danubio, al cual no quisiste ir varias veces. Lástima. Es un excelente restaurante y como toda marisquería, también vende platos de pollo y res. Quizá esto sirve como metáfora de lo que nos pasó aquí: yo te invitaba a jugar y vos no quisiste hacerlo. Esta es mi queja: me dejaste solo. No quisiste jugar. Una vez que la situación te pareció que no era buena para vos, no era lo que vos esperabas, abandonaste el juego. Sin embargo, repito, para qué vernos, para qué reunirnos, si no teníamos, tenías, la intención de jugar en serio, de proteger y nutrir lo que nuestras palabras crearon, de no ser más que un asterisco en la historia individual de cada uno de nosotros. Implícitamente creía que más importante que vos o yo, ¿mi error?, era ese vínculo que creamos, fuera lo que fuera, porque éso nos dió el deseo, éso impulso los vientos que nos trajeron aquí. Ahora, no sé cual será el estado de ese vínculo. Me parece que está irremediablemente destrozado; habría que repararlo con dulzura y amor pero ya estamos muy lejos. Decís que te llevás un dolor de México, que te "deja una tristeza grande y solitaria." Te pregunto: qué hiciste para que no te llevaras ese dolor; hiciste acaso algo en algún momento para que esa "tristeza grande y solitaria" no te envolviera una y otra vez. Diría que no hiciste nada, que no quisiste hacer nada, que no pudiste hacer nada. Esa es mi queja. A pesar de mis angustias, de mi dramatismo emocional, te aseguro que yo intenté hacer lo que estaba a mi alcance y una otra y otra vez topé con la fría e indescifrable muralla de tu hermetismo, de tu distancia, una y otra vez la chica P decidía que el juego había concluido. Más que el asalto, fue esta actitud la que me forzó a tomar la decisión de volver mañana a casa. Yo te di la oportunidad de ser vos y no juzgarte, de aceptarte tal cual. Vos nunca hiciste lo mismo por mí y la esencia de este juego era correspondencia, reciprocidad, respeto y apoyo mutuos.

6.0. Vos decís que nos equivocamos. No creo que no hayamos equivocado al venir. Creo que nos equivocamos a la hora de ser y de estar con el otro, a la hora de ejecutar esta historía. Responsabilidad compartida a todo nivel. Nada de lo que he escrito implica de que vos o yo tengamos la responsabilidad exclusiva de lo que pasó: los dos fallamos en el momento mas importante, cuando el tiempo para querernos era lo principal. No me estoy "regocijando", como vos dirías, en lo negativo. Describo esta historia tal como la veo, tal como la viví. Creo que tan importante como el hecho de decir la verdad, es saber como decirla para que el otro no se aliene y no se enoje. Aunque vos decis tu verdad, la verdad según vos la entendés, la cual puede ser falsa, cierta o confusa, mejor sería si la enunciaras de manera tal que el otro, en este caso yo, la pudiera oir, y no se perdiera en lo que sentis en ese momento, como me pasó en México

6.1 Aquí no pasó nada trágico. Mañana ya estaré en casita y vos ya estás en la tuya. Sería mejor que esta historia fuera nuestro secreto mejor guardado porque de la misma solamente hay lecciones para el futuro. Este "solo" de palabras avanza y ya casi acaba. Te digo las cosas porque no estás aquí para impedirlo con tus reacciones violentas. Además, es importante que lo sepás, para que al menos oigás, sino entendás, mi perspectiva, para que escuchés, quizá por última vez, mis palabras, las que tanto te gustaban.

7.0 Quiero que entendás que yo no te estoy recriminando tus palabras, tu comportamiento, tu actitud porque así sos vos y era mi decisión si te aceptaba o no, si te aguantaba o no. Al final no pude y solamente quise salir tan rápido como pude de DF porque la grieta nos tragaba y eso dolía. Mi queja más bien pertenece al orden ético en que yo creía que nuestro juego iba a mantenerse. Con todo y todo, si al menos hubieras intentado alguna vez resistirte, luchar apasionadamente, quedaría conforme, pero no lo hiciste y esa es mi queja, ni siquiera un reclamo. Fue como en mi sueño: caíamos en el precipicio y no pudimos hacer nada por salvarnos.

8.0. Este "solo" acaba. Creo que te he dicho lo principal. Quisiera añadir algo más. Que te quede claro: no me arrepiento de haber venido a Mexico DF, de haber vivido esta locura. Lamentó su ejecución y sobre todo, su final. Sigo convencido que dábamos para más. Quizá esa sea la moraleja de la historia: cómo hacer para que nuestros pasos no se pierdan en la arena de los tiempos confusos; cómo hacer para que nuestros actos no destruyan nuestros deseos, nuestros sueños; cómo hacer para querer mejor la próxima vez. Estoy agradecido por la lección. Otro final habría sido más agradable, menos engorroso, más honesto, pero así fue como decidimos jugar.

9.0. Si decidís contestar esta carta, hacelo sin violencia, sin rabia y sin enojo, hacelo con sinceridad, con valor y con cariño como intenté escribirla yo. De caso contrario me veré forzado a borrar tu comunicación ante el primer ataque. Estas palabras son mi verdad, la verdad como yo la veo y no tienen la intención de atacarte. Este es el reporte final de los hechos ocurridos en México DF, de los días 18 al 24 de marzo de 1998, reportados por un tal Jorge, que cuenta de la mejor manera que puede su historia y la de la chica P. No tengo más que decir.

Jorge

Marzo 24, 1998
México DF

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