10.24.2006

Otro sueño

El domingo por la noche soñé que se me hacía imposible llegar al aeropuerto. Estaba en una oficina oscura y fría, seguro la del trabajo, y salía corriendo hacia al consultorio del doctor y a otros sitios que ahora no recuerdo, todos desconocidos y desolados, y siempre estaba pensando, mientras hablaba como automata con gente desconocida o hacía lo que tenía que hacer, que se me hacía tarde, que había que jalar ya. Tengo claro que no sabía adonde iba pues me daba, me da, igual. Lo único importante era llegar al aeropuerto, salir de Seattle, pasar por la tienda donde no se pagan impuestos, o sea salir de este país, y comprar mi escocés. Más claro el mensaje no podría ser, ¿verdad?

10.21.2006

R.L. Burnside 002: “Poor Boy”

Poor boy I am long way from home
But the world can't do me no
the world can't do me no harm
R.L. Burnside – Well...welll...well...




No puedo recordar mis sueños desde hace muchos años. No sé si es un mecanismo de autodefensa porque cada vez que logro hacerlo, sucede algo importante, que usualmente cambia el curso de mi vida. Adquirí la costumbre de tener un cuaderno al lado de la cama, en cualquier lugar en que esté, para grabar inmediatamente lo que recuerde apenas despierto, apenas reconozco la sensación de que soñé. Después del inventario obligado de imágenes, de colores, de sonidos, de palabras y de música, trato de determinar la importancia de cada detalle, incluso los más pequeños, para el análisis posterior.
A mediados de diciembre del 2003, días después de que mi madre me dijo que tenía cáncer del colón, soñé que estaba en un parque, o un lugar parecido, y veía como un señor iba cerrando con ladrillos una ventana. Había algo detrás de los ladrillos pero no logré distinguir que era. Recuerdo que yo no podía creer que los ladrillos iban cerrando esa ventana a pesar de que lo estaba viendo, de que yo estaba ahí. Esa escena me recordó vagamente el entierro de mi abuelo paterno Leonidas cuando tenía seis años, quizá la última vez, en ese momento, que había asistido a una de esas ocasiones. Tal vez alguien que desconociera la fortaleza física y mental de mi madre diría que era fácil deducir que mi sueño era un aviso de lo que venía para mi y mi padre. Su muerte cuatro meses después nos tomó a todos por sorpresa porque sucumbió a pesar de haber sobrevivido una septicemia, y no la que al final tomó su vida, como quién dice la que ganó una batalla y perdió la guerra. A mí, más que a nadie, porque no pude reconocer la tumba familiar en el cementerio de Guadalupe, cuando el sepulturero cerraba con ladrillos su tumba y no soportaba la culpa de no haber reconocido antes lo que mi sueño anunciaba.
Hoy en la tarde me quedé dormido en la casa y volví a soñar. Vi a un hombre que lloraba con ganas y con mocos, sin guaro y sin consuelo No sé si ese hombre era yo o era otro que lloraba por mí. También soné como caminaba por Seattle, esta ciudad maldita y desierta de amigos, y sus calles estaban adornadas con caballitos, que daban la vuelta a toda las calles, como si fuera un campo de diversiones, casi como un carnaval en medio del infierno.
Conclusión preliminar: nuestro escape, el mío y el de Federico, mi gato, debe ser inmediato.

10.08.2006

Federico mirando el sol de la tarde

Fede mirando el sol de la tardeHace tres días me resfrié porque la maldita supervisora en lugar de quedarse en la casa decidió ir al trabajo y creo que enfermó a más de uno. El primer resfrío del otoño y del invierno. Todavía no me curo a pesar de los jarabes y de las medicinas y ya casi es domingo. Las enfermedades siempre me fuerzan a llevarla más suave, a detenerme, a observar, y a sacar conclusiones.
Desde hace tres años hemos venido estudiando el problema del racismo en el trabajo. Quizá uno de los términos que más me cuesta traducir es el de "whiteness". No se si sea mejor traducirlo como supremacía blanca o privilegio blanco o simplemente blancura. Parte del problema es que cuando la gente común y silvestre piensa en el racismo, tiene la imagen violenta del Ku Klux Kan o de los neo-nazis. La blancura es el sistema de ventajas y de protecciones que tienen los de piel blanca o los de ascendencia de Europa occidental y estos variarían según el país. La blancura es un eje paradigmático en la medida que determina los beneficios que unos tendrán, si se acercan a dicho eje y a que otros se le negarán, si se alejan del mismo. Por eso hay gente que sin ser blanca trata de serlo. Los efectos de la blancura se traducen en ventajas económicas, culturales, sociales, etc., tanto a nivel individual como institucional. Esto me hace sospechar que las iniciativas del FMI y del Banco Mundial tratan de preservar las ventajas de los países "blancos" sobre los demás. ¿Alguién dijo TLC? También que los blancos que no se dan cuenta de las ventajas de su blancura, los democratas o los progresivos, son tan peligrosos como los que tratan de mantener su supremacía a cualquier costo, los republicanos. No es una cuestión der ser como los blancos de USA y de Europa, y de querer las mismas cosas que ellos quieren; se trata de ser según nuestro deseo. No habría que descontruir el aparato conceptual de la blancura solo para entender mejor su funcionamiento, sino para liberarnos de sus trampas que nos enseñan en la escuela, en el colegio, en la universidad, en los libros, en la tele, en la radio y en los periódicos, y ahora en internet.
(¿Por qué comencé a hablar de blancura? Porque mi supervisora es un buen ejemplo de las ventajas de ser blanco en este puto país. Si no fuera por su color, no estaría en su posición. Sin embargo, esto es material para otro "post".)

10.06.2006

Bolo - Requiescat In Pace






















Bolo tenía casi 16 años. Era hijo de la Mamá, y hermano menor de la Macha y de la Cuca. Le dio cancer del intestino. Parece que es un mal de los gatos viejos.
Ahora empieza el trabajo de Federico. Una de las razones porque lo traje fue porque no soporto la casa sin gatos y temía que este momento llegara. Desde hace casi más de 22 años nos ha acompañado esta familia de gatos. Ahora, será más fácil partir. Igual duele.