10.08.2006

Federico mirando el sol de la tarde

Fede mirando el sol de la tardeHace tres días me resfrié porque la maldita supervisora en lugar de quedarse en la casa decidió ir al trabajo y creo que enfermó a más de uno. El primer resfrío del otoño y del invierno. Todavía no me curo a pesar de los jarabes y de las medicinas y ya casi es domingo. Las enfermedades siempre me fuerzan a llevarla más suave, a detenerme, a observar, y a sacar conclusiones.
Desde hace tres años hemos venido estudiando el problema del racismo en el trabajo. Quizá uno de los términos que más me cuesta traducir es el de "whiteness". No se si sea mejor traducirlo como supremacía blanca o privilegio blanco o simplemente blancura. Parte del problema es que cuando la gente común y silvestre piensa en el racismo, tiene la imagen violenta del Ku Klux Kan o de los neo-nazis. La blancura es el sistema de ventajas y de protecciones que tienen los de piel blanca o los de ascendencia de Europa occidental y estos variarían según el país. La blancura es un eje paradigmático en la medida que determina los beneficios que unos tendrán, si se acercan a dicho eje y a que otros se le negarán, si se alejan del mismo. Por eso hay gente que sin ser blanca trata de serlo. Los efectos de la blancura se traducen en ventajas económicas, culturales, sociales, etc., tanto a nivel individual como institucional. Esto me hace sospechar que las iniciativas del FMI y del Banco Mundial tratan de preservar las ventajas de los países "blancos" sobre los demás. ¿Alguién dijo TLC? También que los blancos que no se dan cuenta de las ventajas de su blancura, los democratas o los progresivos, son tan peligrosos como los que tratan de mantener su supremacía a cualquier costo, los republicanos. No es una cuestión der ser como los blancos de USA y de Europa, y de querer las mismas cosas que ellos quieren; se trata de ser según nuestro deseo. No habría que descontruir el aparato conceptual de la blancura solo para entender mejor su funcionamiento, sino para liberarnos de sus trampas que nos enseñan en la escuela, en el colegio, en la universidad, en los libros, en la tele, en la radio y en los periódicos, y ahora en internet.
(¿Por qué comencé a hablar de blancura? Porque mi supervisora es un buen ejemplo de las ventajas de ser blanco en este puto país. Si no fuera por su color, no estaría en su posición. Sin embargo, esto es material para otro "post".)

4 comments:

Sirena said...

Insisto ¡qué guapo Federico!!!!

Y acerca del port C, pues... sentí ganas como de darte un abrazo. Odio las fronteras, ya no me canso de decirlo.

Sirena said...

¿sobreviviste al resfrío?

C said...

Gracias por preguntar. Sí, sobreviví después de 5 días de antibióticos y jarabes. Hasta hoy he comenzado a sentir que voy a salir del resfrío.

Yo también odio las fronteras, sabés. Como diría Viglietti, hay que desalambrar.

¡Fede agradece mucho tus palabras! :-)

Humo en tus ojos said...

Es un gato hermosote!

Lo difícil, o más bien la gran traba de todo el pensamiento de la blancura, es caer en conciencia (de manera colectiva) de que hay pensamientos que uno genera, que los HACE uno en su cabeza... mientras que hay otros que nos los dan regalados en cada esquina, esos son los más fáciles y también los más peligrosos