9.15.2006

Con ganas

Habría que encontrar un procedimiento, o un mecanismo o un artificio para liberar las palabras. Algo así como el taconeo inconsciente cuando se oye un ritmo conocido. Sería también como abrir la puerta e impedir que los pensamientos, los sueños, las ilusiones y las sospechas de uno no se conviertan en impulsos electricos cerebrales que se desintegran con el tiempo.

Quizá lo peor sea estar en medio de algo que no cuaja, amorfo y sin sentido, como una cuerda de guitarra que no puede vibrar para dar la nota justa porque no tiene la suficiente tensión o tiene tanta tensión que se rompre cuando se toca.

Quizá lo peor sea la potencialidad de la no acción:

quedar con ganas;
tener hambre y no tener boca para comer el manjar que se tiene al frente
repetir obtusamente los pasos de un baile que nadie recuerda.

Digo que tal vez, aqui y ahora, ya nada o nadie tiene sentido. Me levanto cada mañana a las 4:30. Me baño y me visto con una camisa y unos pantalones limpios para llegar temprano al trabajo que detesto. Desayuno una tajada añeja de pan negro con media taza de café. Multiplico la temperatura del hastío a grados insoportables, que causan quemaduras que requiren más de un cheque para sanarse.

Más que una jugada final que me libere de mis actos inconsecuentes, busco una jugada que pueda armar otro juego,

1 comment:

Sirena said...

Pensé en darte un consejo, de esos que sólo sirven para no seguirlos... y luego pensé que no puedo dártelo porque no sé las circunstancias.
Pensaba hacerte pensar si el dinero es tan importante para torturate así, pero entiendo que hay gente que depende de uno a veces y las decisiones no son tan simples.
Cambia tu desayuno, busca una fruta roja que le de color al inicio de tu día. Pan negro, café negro, fruta roja ¿está mejor no?