10.28.2007

Referendum del TLC

El 5 de octubre viajé a Costa Rica a votar en contra del referendum del TLC. Fui la primera vez que voté en mi país. Ya que voté en contra del TLC, puedo decir que hice algo, pequeñito, mínimo, pero algo al fin, por defender los intereses colectivos de nuestro país.

Las razones que me impulsaron a votar en contra del TLC son las siguientes:

Los proponentes del TLC prometen un mejor futuro para nuestro país. Esto me recuerda lo que hacen los vendedores inescrupulosos, a la hora de deshacerse, por ejemplo, de un carro usado, siempre a módico precio y sin garantía. Les gusta decir que realizan la venta en beneficio del cliente, quien inevitablemente se da cuenta que su carrito tiene muchos problemas unos días después de que lo ha llevado a casa y que ya no lo puede devolver.

Voto no al TLC porque es el intento de estafa más grande al que se quiere someter a nuestro pais en su historia. Ni los hermanos Arias, ni los egresados del INCAE, ni las paginas editoriales de La Nación, ni los empresarios nacionales y extranjeros ni los cómplices de estos: abogados, gerentes, etc., pueden demostrar que con la versión gringa del libre comercio o con la apertura o venta de empresas estatales se puede materializar la promesa del desarrollo y por ende, una mejor situación para la multitud costarricense.

La experiencia argentina del “corralito” demuestra que lo único que se gana con seguir religiosamente los mandamientos del Banco Mundial (BM) o del Fondo Monetario Internacional (FMI) es el caos económico México no ha podido sacar provecho, ni parece que podrá hacerlo, del libre comercio a pesar de tener firmado, hace más de diez años, el tratado del “NAFTA” con Estados Unidos y Canadá. Estas recetas para lograr el crecimiento económico son parte de la visión dogmática, tipo fundamentalista al mejor estilo talibanés, que les encanta proponer a los funcionarios del BM y del FMI, como Robert B. Zoellick, nuevo presidente del BM y negociador del TLC.

Si países como México y Argentina, con sus grandes recursos naturales, industriales y humanos, no pudieron medrar con tratados de comercio y reformas estructurales, cómo es posible que muchos tengan el descaro de afirmar que nuestro país tendrá mejor suerte.

Voto no al TLC porque sus negociadores intentan poner el futuro de Costa RIca en manos gringas y extranjeras.

Voto no al TLC porque sus proponentes solamente les interesa recoger la cosecha de millones de doláres que saldrá de la gran piñata de la venta de las empresas estatales y no les importa el bienestar de la población costarricense.

Voto no al TLC porque solamente la derrota del TLC hará posible un futuro más solidario con el esfuerzo de todos las mujeres y los hombres para nuestro país.

El resultado del TLC deja un país profundamente dividido. La lucha apenas comienza.